Comunicación saludable
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Comunicación saludable


Nuestras palabras crean realidades continuamente. Uno de los errores más comunes es suponer que aquellas palabras que intercambiamos contienen la misma interpretación para ambos interlocutores. Particularmente hoy quisiera llamar la atención sobre esta gran parte de nuestra comunicación.

SUPONEMOS que el otro interpreta lo mismo que nosotros, por utilizar las mismas palabras, de esta manera se generan varios de los llamados malentendidos. Es importante comprender que existen variedad de interpretaciones por realidad existente, que podemos creer estar diciendo lo mismo, pero si no ahondamos en el significado de lo que está diciendo el otro, podemos caer en suposiciones que generan conflictos basados en la mala comunicación (desde los más pequeños hasta los más grandes).

Voy a presentarles un ejemplo en una porción del diálogo de una pareja en el consultorio: - Ella: “Yo te dije claramente que me sentía mal cada vez que llegabas tarde a casa y no me avisabas”. - Él: “Pero yo te avisé, siempre te aviso, encima que te aviso…, que soy respetuoso…”. - Ella: “Avisar es otra cosa, me lo decís una hora antes de llegar, eso no es avisar”. - Él: “¿Qué?, ¿qué es avisar entonces?”. - Ella: “Avisar es por lo menos 3 horas antes”. - Él: “Y dónde está escrito eso? ¿Por qué te haces tanto problema por dos horas de diferencia?”. - Ella: “Porque a una hora de que llegues, yo ya empecé a hacer de comer, organizo todo para que esté listo cuando llegues, me hace sentir muy mal, frustrada”. - Él: “Nunca me explicaste eso…, si me hubieses explicado lo entendía”. - Ella: “Si me hubieses preguntado te explicaba”. Aquí vemos como cada uno interpreta la realidad desde perspectivas diferentes.

Podríamos decir que el problema no se trata de quién tiene razón, sino de que cada uno tiene sus razones, y que lo importante es no basarse en supuestos. Una de las grandes herramientas para enfrentar a este tipo de conflicto, es el repreguntar sobre lo que se está hablando. Veamos algunos ejemplos de repregunta: ¿qué significa eso para vos?, ¿qué querés decir con eso?, ¿podrías explicarme con mayor detalle eso que me estás diciendo?. Este estilo de preguntas ayudan a salvar muchos de los conflictos en la comunicación.

Solemos tener una confusión al creer que la comunicación rápida nos ahorra tiempo, y muchas veces por el contrario, genera discusiones largas y tediosas. Hay varias herramientas para mejorar la comunicación en los vínculos sociales en general (familiares, de pareja, laborales, de amistad). Muchas son muy simples (como la he compartido hoy), pero por falta de conocimiento, no se aplican.

Hoy, mi consejo para aportar a una comunicación saludable, es:

“Preguntar más y suponer menos”.

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