Crisis de los 40. ¿Mirar el vaso lleno o medio vacío?
Se acercan los 40 años. Muchos lo denominan, la “mitad de la vida” y otros…“lo mejor está por llegar”.
Lo que suele suceder es que la persona realiza un balance, donde compara y analiza, entre otras cosas, que es lo que posee, que logros alcanzó, con quien comparte su vida etc…. y esto lo compara con lo que había imaginado años atrás.
Se hace un replanteo de su vida.
No sólo es un cambio espiritual sino también físico: el rendimiento no es el mismo, la energía no es la misma, la dieta cuesta más, el cuerpo no responde tan rápido como antes.
Esta crisis puede surgir entre los 35 y 45 años.
En las mujeres que fueron madres, al ver que los chicos crecen, que son más independientes y no necesitan tanto de ellas. En las que no fueron madres, puede aflorar el fuerte planteo de si quieren serlo y tomar la decisión por una cuestión simplemente biológica.
El hombre por otro lado, se interesa por el progreso que tuvo en su trabajo, la familia que formó, el dinero que generó.
Sin importar el género, el gran shock es la comparación entre expectativa y realidad. Lo imaginado y lo real.
Pero a no desesperar! Se puede superar y como toda crisis, es una Oportunidad de Crecimiento.
Es el momento de tomar las decisiones que uno quiere, de frenar, valorar y volver a apostar.
Es importante estar acompañado, de conseguir un terapeuta que pueda acompañar y ayudar a dicho crecimiento.
¿Me gusta lo que soy? ¿Me satisface lo que hago? ¿Disfruto mi día?
La terapia es un lugar para encontrarse y redirigirse en esas cuestiones.