Este espacio brinda a la pareja la posibilidad de repensar el vínculo y dinámica existente entre ellos. La presencia del terapeuta como tercero, regula y funciona como motor de cambio.

 

          Son varias las razones por las que una pareja decide iniciar una terapia, entre ellas: fortalecer el vínculo, fallas en la comunicación (ausencia o mala), distancia emocional, problemas sexuales, agresiones verbales y/o físicas, falta de deseo, desacuerdos relacionados con la crianza de los hijos, una mayor presencia de intercambios negativos que positivos, pérdida de enamoramiento, cambios en la vida de uno o ambos que dificultan la dinámica actual de la pareja (por ejemplo el rol de padres o cambios de trabajo), infidelidad, celos.

 

          A nuestros profesionales los distingue una forma de trabajo integradora, incentivando a la pareja a compartir esta óptica y desde ella abordar su situación actual. Este abordaje está relacionado con comprender que ambos están atravesados por diferentes variable que lo llevan a actuar , pensar y sentir de determinada manera(experiencias de vida, crianzas, pensamientos, emociones, conductas, espiritualidad).

 

          El objetivo es acompañarlos en un proceso que busca un cambio. Este proceso invita a revisar algunos caminos transitados y evaluar rutas nuevas para recorrer. Utilizando herramientas para la resolución de los problemas existentes.

Se orientará y dará herramientas para la escucha activa, para la empatía, aceptación, toma de consciencia sobre el papel que cada uno ocupa en la situación problemática, la resolución de conflictos, etc.

 

          Trabajar desde esta óptica con la intención de ampliar la mirada, nos permite incluir diferentes herramientas, seleccionadas teniendo en cuenta la singularidad de cada pareja. Entre ellas: eneagrama de la personalidad, arteterapia, tests, visualizaciones, técnicas psicodramáticas, biblioterapia, etc. dependiendo el objetivo terapéutico.

 

          Luego de tener los primeros encuentros con el profesional, el mismo determinará la frecuencia semanal con la que debe asistir la pareja en función del plan de tratamiento.

          El tiempo de cada sesión y el valor de los honorarios serán conversados con el terapeuta.

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